Al referirnos al periodismo y la literatura vemos que se da un beneficio mutuo, cada uno en diferente manera.
Por parte de la literatura hacia el periodismo, encontramos que la influencia de ésta, así como los aportes a la evolución del periodismo a través de la historia, han sido factores determinantes en el desarrollo del estilo y escritura, que resultan básicos para lograr una buena comunicación, una comunicación con propósito. Veremos, a continuación, cinco aportes de la literatura en la historia del periodismo.
En la historia de la literatura peruana están reconocidos cuatro grupos generacionales de escritores: los novecentistas, los del centenario, la generación del 30 y la generación del 50. Carlos Thorne explica acerca de estas generaciones[i]. En la primera de ellas sitúa a los escritores que comienzan a escribir alrededor de 1900; en la segunda generación considera a aquellos cuyas publicaciones se dan a conocer en el tiempo del primer centenario de nuestra independencia; la tercera generación o, generación del 30 considerada como una generación intermedia, incluye a los escritores que surgen a la vida de las letras durante la azarosa década de los 30 en la que se produjo, entre otros eventos, el famoso “crack” que trajo una recesión mundial; la última de las nombradas, la del 50 es aquella cuya producción literaria se da principalmente en los años siguientes al final de la Segunda Guerra Mundial.
Hago mención de las generaciones debido a que en cada una de esas etapas en la historia, la literatura –por medio de los integrantes de cada una de esas generaciones– brindó los aportes que produjeron cambios en la prensa escrita. En cada uno de esos grupos generacionales se ubican los escritores e intelectuales que formaron la historia de la literatura peruana, una historia que se sigue escribiendo y, que cuenta desde el 2010 con un Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, escritor y periodista de reconocimiento mundial.
En estas líneas mencionaré cinco aportes de la literatura peruana al periodismo peruano. Como sabemos, contamos con un nutrido grupo de escritores y poetas que influenciaron e incursionaron en el periodismo; los ejemplos mencionados no desmerecen el trabajo que muchos otros también hicieron, no sólo en favor de la literatura, sino del periodismo. Como se dice, toda antología es arbitraria desde el punto de vista del que la elabora; si bien es cierto, aquí no se trata de antología pero creo que sí existe algo de arbitrariedad al elegir los ejemplos, ya que está presente, aparte de la objetividad, el gusto del autor de estas líneas.
Como primera muestra de estos aportes podemos considerar a Clorinda Matto de Turner, una escritora y periodista nacida en 1852 en la ciudad el Cusco. Su interés por los derechos de la mujer, de los campesinos, de los relegados socialmente, fue el centro de sus producciones literarias y periodísticas. Su novela Aves sin nido sigue siendo estudiada en el siglo XXI. Sus artículos periodísticos de mucho contenido social los publicó en diarios como El Heraldo, El Mercurio y otros. Como escritora, organizo un grupo literario, el cual le serviría para publicar en la ciudad del Cusco la revista literaria El Recreo del Cuzco, la cual tuvo una periodicidad semanal; eso fue en el año 1876. Vemos el interés social volcado por una escritora a los medios de comunicación escrita de esos años. Este ejemplo nos muestra, también, que el periodismo aportó la vía para hacer pública las producciones literarias.
Años más tarde, en el año 1889, tuvo a su cargo la dirección de la revista literaria El Perú Ilustrado, la más importante de la época. La aparición de esa revista fue algo totalmente nuevo. Esa revista aportó la innovación en las publicaciones peruanas y, por ende, en el periodismo. Tuvo gran cantidad de ilustraciones y caricaturas; daba cuenta de diferentes zonas geográficas del Perú, imágenes de personalidades políticas, artísticas y literarias de esos años, acompañadas de semblanzas que, al igual que los artículos, estaban escritos con el estilo de los intelectuales y literatos de esos años, lo que fue recibido como algo novedoso en la prensa escrita que, desde ese momento, se convertía en prensa ilustrada. La mencionada revista literaria apareció en 1887 y se editó hasta 1892.
Luego aparecería en escena la generación del Centenario, que se les considera intelectuales más comprometidos con el país. Osmar Gonzales escribe: A estos los identificaba, en contraposición de sus predecesores generacionales, su profunda vinculación con la política, el carácter arrebatado de sus proclamas, su voluntad refundadora, el sentido tumultuoso de sus organizaciones políticas y sus nítidas adscripciones ideológicas. Los representantes son obvios: Luis Alberto Sánchez, Víctor Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui, Eudocio Ravines, Manuel Seoane, entre muchos otros.[ii] En relación a este grupo de intelectuales-periodistas, quiero citar el ejemplo Abraham Valdelomar; acerca de él y del grupo Colónida, Luis Alberto Sánchez escribió: Entre los años 1915 y 1918, los diarios de la ciudad de Lima, en general, de todo el Perú, registraban casi a diario artículos, versos, entrevistas, firmadas por un ya monopólico grupo de jóvenes poetas y periodistas de Lima.
El grupo tenía un centro de reunión en la cafetería “Palais Concert”, situada en la calle Baquíjano de Lima, casi frente al diario La Prensa. Los miembros de aquel grupo, llamado después” Colónida” por el título de la revista que se editó a principios de 1916, no eran una asociación virtual ni una academia; la constituían libremente varios escritores y artistas entre los 25 y 30 de edad; gente inquieta, saturada de la literatura “decadente” europea, más influenciados por París y Roma a través de un exotismo antilitúrgico y cabalgante, que trataba, sin embargo, con buen éxito, de interpretar el alma nacional. […] El caudillo de esa inquieta y esteticista cofradía se llamaba Abraham Valdelomar quien firmaba, desde 1916, con el seudónimo de “El Conde de Lemos”. Su jefatura nunca fue aceptada pero siempre acatada.
Era el más original, el más audaz, el más sensitivo y, el más discutido y tierno. […][iii]
Valdelomar, colaboró en el semanario La Opinión Nacional, y trabajo en La Prensa. En el año 1916 apareció la revista Colónida. Acerca de esta importante publicación cultural que se manifestó en contra de la corriente literaria academicista, que aún se mantenía en esos años, Luis Alberto Sánchez escribió: Colónida fue un grito de audaz rebeldía,[…] Lo que podríamos llamar el editorial del primer número titulado “Falsa Carátula”, es una confirmación del propósito de novedades metafóricas y verbales que animaba a Valdelomar.[iv] Otro de los aciertos de este grupo (que lleva el nombre de la revista) fue la apertura e incorporación de escritores e intelectuales del interior del país, lo cual incrementaba la diversidad literaria dentro del grupo.
Fue ese estilo nuevo para el periodismo lo que causó admiración. Creo que fue un precursor de lo que décadas más adelante vino a conocerse como el nuevo periodismo o periodismo literario que tuvo sus manifestaciones en la pluma de los norteamericanos Tom Wolfe y Truman Capote. Este aporte fue, sin lugar a dudas, una transformación en la manera de hacer periodismo en el Perú.
Aquí una muestra del estilo de Valdelomar
ESPECTACULOS
28 de julio. Grandes espectáculos conmemorativos. Soirée en el Municipal. Las bribonas. Matinée en el Colón. Siempre p’atrás. En el Excelsior las maravillosas aventuras del Doctor Garel-Hama. En el Circo, fieras. En el Fémina, títeres y en el Congreso, el 28, en tanda vermouth, La Corte del Faraón.
Ya tenemos Congreso. Ya los pueblos tienen representación ostensible en los negocios públicos. Era lo que quería San Martín. Estamos en plena república. Somos libres!...
Asistieron a la función del Congreso, todos, menos algunos. El doctor Manzanilla que no desdoblaba el frac desde que saliera de la junta de gobierno, ha vuelto a lucir la pechera blanca. El señor Fuchs el popular ídolo de los huarayos del Madre de Dios, asistió malhumorado. El doctor Peña Murrieta, flamante vicepresidente de Diputados, llegó tan rozagante como de costumbre. Parecía un bombero en día de ejercicio. Una réclame del Aceite de Hígado de Bacalao…
Hubo plumas blancas, corbatas blancas, pecheras blancas, guantes blancos, y algunas caras blancas. Todo blanco. Parecía que los representantes iban a comulgar. Con rueda de molino.
Y hubo memoria. Una memoria blanca, también. Como una carilla de papel, como una nube, como alma de monja, como humo de cigarro.
En el Perú no ha pasado nada, ni nadie se ha pasado.
San Martín debe estarse refocilando en el cielo.
Y pruebas al canto:
Relaciones Exteriores: No ha pasado nada. El gobierno ha sido neutral en el conflicto europeo.
Guerra: No ha pasado nada, como guerrero que es, el gobierno no se ha armado.
Justicia: No ha pasado nada. Porque como la justicia es ciega…
Hacienda: No ha ocurrido nada. Billetes rosados como cartas de novios.
Fomento: Se ha fomentado todo lo que se ha podido…
Y Gobierno: Provisorio…
Total: El mejor gobierno es militar. Tenemos más capitanes que en 1821. Bolívar, San Martín y Sucre, una papilla. Verdad que éste es un militarismo sin sangre. Porque, felizmente, el cuatro de febrero la sangre no llegó a las alcantarillas.
Y como en los gobiernos militares todo es militar, hemos tenido espectáculo militar. Una especie de comedia heroica. Sólo ha faltado música de Quinito Valverde. Uniformes militares. Marchas militares. Parada militar. Asistencia militar. Y hasta cuentas militares:
Las del Gran Capitán.
(La Prensa. Lima 30 de julio de 1915, p.2)[v]
Otro de los elegidos para mencionar los aportes literarios al periodismo es el poeta César Vallejo, quien escribió –desde Europa– la mayoría de sus crónicas y artículos periodísticos. Una de las características de sus artículos periodísticos fue la presencia de la estética literaria que enriqueció el texto periodístico, incluyendo en las publicaciones el lenguaje poético, las metáforas y la intertextualidad, muy propias de textos literarios. Este fue un aporte de la literatura que enriqueció el lenguaje periodístico.
César Vallejo era un conocedor de los problemas humanos, los cuales son una constante en su producción literaria (verso y prosa) y, en sus artículos, se ocupó de diversos temas que, al leerlos, no deja de llamar la atención el amplio conocimiento y cultura que supo plasmar en cada uno de sus escritos. Es cierto que el mayor número de artículos trataron asuntos de índole literaria; sin embargo, también escribió crítica de arte, música, cine, economía, filosofía. Veamos como muestra un fragmento de uno de sus artículos acerca de la música; llevó por título Falla y la música de escena:
“Falla –no visto sino oído como deben serlo todos los músicos- produce una evidente impresión de grandeza. Arte primitivo, terráqueo, bárbaro. Tiene frialdad de piedra y monotonías de salvaje, toda una tarde, un palo con otro palo. Tiene cosas negras como Satie, como Stravinsky; Schönberg maneja también sus cocos de Darwin, sólo que en él se transforman en los botones del ‘Pierrot Lunar’ (p.277) [vi]
En el ejemplo podemos ver la maestría del poeta para insertar en sus artículos el lenguaje que utilizaba en su poética, un lenguaje que era novedoso en el periodismo y que lo enriquecía. En otras palabras, César Vallejo comunicaba en el periodismo utilizando su lenguaje poético. Acerca de esas características del poeta, Winston Orrillo escribió: […]un artículo, de repente, contiene, incrustados, poemas en prosa […][vii] Igualmente, un tópico interesante es el que incide en la preocupación de Vallejo por darnos diversas poéticas, luminosas páginas de su estética y, a veces, desorientarnos (por lo menos desorientó a algunos) al hacer pasar como artículos, por el hecho de haber aparecido en revistas, a verdaderos poemas en prosa […][viii]
Esto es una pequeña muestra del aporte que recibió el periodismo del estilo y la pluma de César Vallejo. Creo que, el hecho de escribir desde Europa, contribuyó al enriquecimiento literario que compartió en su faceta de periodista, logrando también ese periodismo-literario que fue tomando cuerpo en nuestra historia del periodismo.
Otro de los aportes de la literatura al periodismo se dio por medio de Sebastián Salazar Bondy, poeta, dramaturgo, escritor, periodista y crítico de arte, hombre apasionado por la cultura y por compartirla en medio de su sociedad. Este representante de la llamada Generación del 50, se caracterizó por tener un estilo de escritura muy pulcro. En sus escritos reflejó su posición franca, abierta y siempre bien intencionada al momento de escribir sus críticas culturales, morales, literarias o políticas.
Sebastián Salazar Bondy desarrolló el periodismo cultural, muy necesario para la sociedad, el cual se convirtió en el gran aporte de la literatura al periodismo. Gran parte de sus artículos los publicó en los diarios El Comercio (Suplemento El Dominical) y La Prensa. Aparte de su producción literaria, poética y teatral, escribió numerosos artículos acerca de crítica de arte peruano y del mundo. Su interés por la cultura, lo llevó a escribir artículos que fueron agrupados como “introducción al arte” en el libro Una voz libre en el caos que incluyen ensayos y crítica de arte.
Su preocupación por la cultura en nuestra sociedad podemos apreciarla en uno de sus excelentes ensayos: El sentido social y popular de los museos, publicado el año 1959 en el Suplemento Dominical de El Comercio. Acerca de este ensayo se puede decir que: El interés que despierta el mencionado texto, escrito hace varias décadas, nos permite percibir la carencia en la difusión de la importancia de los museos. Creo que esta carencia forma parte del déficit cultural, el cual se centra especialmente en una sociedad que lee muy poco.[ix]
En el libro Escritos Políticos y Morales (Perú: 1954 – 1965) podemos apreciar la calidad de sus textos y la forma de comunicar su pensamiento, sus ideas, sus planteamientos para la sociedad.
Luego de leer cualquiera de sus textos, nos damos cuenta de la falta que hacen en la actualidad periodistas culturales de la talla de Sebastián Salazar Bondy.
Obviamente, quedan muchos excelente representantes de nuestra literatura que hicieron aportes al periodismo nacional; sin embargo, no quiero dejar de mencionar al Premio Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas Llosa. Su estilo crítico y objetivo, unido a las técnicas utilizadas en el lenguaje y estructura –propios de un novelista– para escribir los ensayos y artículos de opinión que se publican en varios diarios y revistas en diferentes países del mundo, han sido aportes importantes al periodismo, no sólo nacional, sino mundial. Es un estilo admirado y reconocido por su técnica, pulcritud y, porque siempre está presente el elemento humano, la defensa de la libertad y la opinión política y social. Sus ensayos abarcan política, literatura, cultura y sociedad.
Pueden leer algunos de sus textos periodísticos en Piedra de Toque en el diario Vanguardia de México y en el diario El Comercio.
Los aportes de la literatura al periodismo que se mencionan en el presente trabajo, han sido de gran influencia en la historia del periodismo, ya que lo transformaron al incluir la preocupación por la sociedad y por los derechos de la mujer y de los relegados socialmente; también trajeron inicios de modernidad y novedad con la inclusión de ilustraciones de personajes y lugares de la geografía nacional a fin de darlos a conocer. Otro aporte fue el estilo de periodismo literario, adelantándose a la corriente que surgiría décadas más tarde en los Estados Unidos; junto a este se puede ver el aporte que introdujo el estilo de construcción poética y metafórica dentro de los artículos que se publicaron en diarios y revistas. Luego vendría el periodismo cultural como un gran aporte no sólo para el periodismo sino para la sociedad. Finalmente, se menciona el aporte efectuado por medio del Premio Nobel de Literatura 2010, el cual no sólo influye en el periodismo nacional sino, a nivel mundial.
Lo cierto es que la historia del periodismo peruano se sigue escribiendo y la literatura seguirá dando aportes como lo ha venido haciendo a través de la historia.
[i] Thorne, Carlos, La generación del 50 y el periodismo. Un testimonio personal, Universidad San Martín de Porres, Lima, 2007, p.29. 31, 37 y 41
[ii] Gonzales Alvarado, Osrmar, Prensa escrita e intelectuales periodistas 1895-1930, Fondo Editorial USMP, Lima, 2010, p.45
[iii] Valdelomar. Obras I, Edición y prólogo de Luis Alberto Sánchez, Ediciones EDUBANCO. Lima 1988, p.VII
[iv] Ibíd. p.XIV
[v] Ibíd. Obras II, p.222-223
[vi] Orrillo, Winston, César Vallejo: periodista paradigmático, SISBID, UNMSM, p.32
[vii] Ibíd. p.77
[viii] Ibíd. p.77-78
[ix] Tupiño, Carlos, en Viejos Libros Viejos, El sentido social y popular de los museos - Sebastián Salazar Bondy http://viejoslibrosviejos.blogspot.com/2011/08/el-sentido-social-y-popular-de-los.html
Bibliografía y fuentes consultadas.
Historia del Periodismo en el Perú II, Denis José Montenegro Díaz, Universidad Alas Peruanas, Lima, 2009
La Generación del 50 y el periodismo. Un testimonio personal, Carlos Thorne, Universidad San Martín de Porres, Lima, 2007
Prensa escrita e intelectuales periodistas 1895-1930, Osmar Gonzales Alvarado, Fondo Editorial Universidad San Martín de Porres, Lima, 2010
Valdelomar. Obras I y II, Edición y prólogo de Luis Alberto Sánchez, Ediciones EDUBANCO. Lima 1988
César Vallejo: periodista paradigmático, Winston Orrillo
La generación del 900 y Colónida.
El ensayo literario en la generación del 50.
Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos, La imagen en el Perú Ilustrado (1887-1892)
Manuel Nicolás Corpancho.
El hablador Nº17, Manuel González Prada, El Germinal y la Unión Nacional (1899-1902)
El sentido social y popular de los museos, Sebastián Salazar Bondy, en Blog Viejos Libros Viejos de Carlos Tupiño
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