Así como en la literatura peruana tenemos un referente en la Generación del 50 en lo relacionado a desarrollo y evolución; en el periodismo peruano contamos, también, con una etapa que significó la modernización del periodismo peruano; me refiero a los años del diario La Prensa bajo la dirección de Pedro Beltrán, un hombre que supo dar los lineamientos necesarios para el buen periodismo, para el periodismo serio y que tuvo la enorme tarea de preparar a los periodistas en un oficio que estaba alejado de su labor principal: la objetividad en la noticia y separa la noticia informativa de la opinión. Él se encargó de instruir a ese afortunado grupo de hombres de prensa que integraron lo que se llegó a conocer como la escuelita.
Durante sus viajes a los Estados Unidos, Pedro Beltrán puso atención en la influencia política y social de los medios de comunicación en dicha nación, especialmente del diario The New York Times bajo la dirección, en ese entonces, de Arthur Hays Sulzberger. Estudio la redacción empleada en las noticias y en las opiniones dadas por diarios.
Todas esas nuevas técnicas, entonces desconocidas en el periodismo peruano, Pedro Beltrán se encargó de hacerlas parte de cada periodista que formó parte de la escuelita. Ese estilo objetivo que enseñó para aplicarlo a la noticia, también estuvo acompañado del uso de la pirámide invertida para la redacción.
Desde un inicio, dejó en claro que en el periodismo se debía defender siempre la verdad y ser muy objetivo y defender la opinión con el sustento debido. Esto me hizo recordar el libro de Ryszard Kapuscinski “Los cínicos no sirven para este oficio”, un excelente libro acerca del buen periodismo.
Si bien, la escuelita tuvo muchas exigencias con los periodistas, tuvo grandes resultados. En las clases de la escuelita, Pedro Beltrán revisaba los trabajos de cada uno de los periodistas y corregía hasta el más mínimo detalle, con la finalidad de las noticias fueran más objetivas y de mejor calidad. Su visión era ser el mejor diario, mejor que su más fuerte competidor: El Comercio. Las exigencias en la escuelita tenían un respaldo en la modernidad de La Prensa para esos años.
Ese periodismo objetivo enseñado en la escuelita introdujo las preguntas básicas que se siguen aplicando en la actualidad, para el desarrollo de un texto informativo: ¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
En ese legendario grupo de periodistas se pueden mencionar a Alfonso Grados Bertorini, Julio Higashi, Arturo Salazar Larraín entre otros.
La Prensa tuvo que afrontar años duros, como los que les tocó vivir durante el gobierno militar de Odría. Acerca de esos años, Mario Vargas Llosa escribió una de sus mejores novelas: Conversación en la Catedral. La defensa de la verdad y opinión le valió la cárcel a Pedro Beltrán y muchos otros periodistas de ese diario.
Años más tarde, durante el gobierno militar de Juan Velazco Alvarado, sufrieron la expropiación del diario y, con ello, se hizo un gran daño al periodismo nacional, no sólo por la incautación de La Prensa, sino de los medios de comunicación. Eso trajo no sólo atraso sino un retroceso en todo lo que se había ganado en cuanto a desarrollo periodístico en el Perú.
Con el paso de los años, creo que se ha perdido mucho de esa influencia de la escuelita. Es cierto que existen buenos y destacados periodista, verdaderos ejemplos del periodismo serio; sin embargo, la prensa sensacionalista, alejada de la verdad, propensa al chisme, al mal gusto, ha ido ganado terreno.
Creo que el funcionamiento de una nueva escuelita, en estos tiempos, no caería nada mal. Lo cierto es que tenemos periodistas que podrían tenerla a su cargo.
Fuentes:
Los mejores días de “LA PRENSA”.
La Prensa (Perú)
Beltrán y la revolución de los 50’s
Clases de periodismo – Raúl Mendoza Cánepa
Pedro Beltrán se destacó como el líder conservador más importante de este siglo en el Perú. CASALINO SEN, Carlota. “Un Liberal a carta cabal”. Business. Año VI Nº 59, Agosto de 1999, pp. 36-37.
Un artículo de Guillermo Thorndike
http://perulag.pe.tripod.com/LA_PRENSA/id13.html
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